Hoy he decidido seguir profundizando en la práctica de Ho’oponopono, motivada por:
- Lo que supone estar abiertos o cerrados a realidades distintas a lo que hasta ahora conocemos.
- La fascinacinte experiencia del Dr. Len en el Hospital estatal de Hawái.
Sintamos el cuerpo
Es un tema frecuente en mí, el del beneficio que supone estar abiertos a lo desconocido; lo que se suele definir como «tener la mente y el corazón abiertos».
Os propongo experimentar algo muy sencillo, deteneos un momento y sentir lo que producen en vuestro cuerpo las palabras que os voy a decir, sin ninguna connotación más que el propio significado de la palabra. Sentid vuestro cuerpo experimentando la palabra «abierto o abierta» y después experimentad qué sentís con la palabra «cerrado o cerrada». Si lo hacéis sólo mentalmente, no experimentaréis nada; me refiero a permitiros sentir qué sensaciones y emociones percibís.
Sin ningún complemento a la palabra, el cuerpo y la sensación ¡se sienten distintos!
Mi dinámica interna
La sensación de «cerrado-a» es la que experimentamos cuando desconfiamos de lo desconocido, porque no encaja con mis comandos mentales establecidos con anterioridad; es una sensación de negación, de prejuicio, de rigidez y de rechazo a lo que no encaja con lo que creo. Esta actitud interna, va a privarnos de nuevas experiencias que, posiblemente, nos aporten beneficios. Cuando digo «posiblemente» me refiero a que puede ser que sí o puede ser que no.
La sensación de abierto-a, es la que experimentamos cuando vivimos con la curiosidad de experimentar y nos aporta una sensación de estar sostenidos por la vida, de confianza y de tranquilidad, porque se siente que hay algo en nuestro interior que nos va guiando en el momento presente, es decir, siempre. Esta actitud interna, nos permite experimentar más allá de lo que conocemos hasta ese momento, porque creemos en la posibilidad (puede ser que sí o puede ser que no) de nuevos resultados y experiencias beneficiosas.
Yo dirijo mi vida
La diferencia entre estas dos posturas internas es que la persona que está cerrada a experimentar, no cree en las posibilidades; cree, directamente, que sólo lo que se ajusta a lo que conoce, puede ser objeto de su experiencia; el resto, quedaría en el saco del rechazo del «eso no es posible».
Vivir una experiencia u otra, va a depender de la elección de cada uno, de nuestro libre albedrío y va a ir escribiendo el libro de la vida.
Es importante añadir que esas dos posturas, repercuten de manera distinta en nuestro cuerpo físico; la negación, la rigidez, el rechazo y el prejuicio van a repercutir de una manera en nuestro físico y la confianza, la tranquilidad y la sensación de senstirse sostenido, van a repercutir de otra manera muy distinta. ¿Cual eliges tú?
Ho’oponopono
Luego, cuando alguien oye hablar por primera vez de Ho’oponopono, puede procesar esa información, de dos maneras distintas en función de si está abierto o cerrado a experimentar algo distinto a lo que cree.
Ho’oponopono es una práctica energética espiritual de origen hawaiano. ¡Todo un despropósito para la cerrazón! ¡Pero un cascabeleo para los deseos de experimentar lo desconocido! Puedes preguntarte, ¿Dónde estoy resonado yo? Quizás, hasta ahora, te has sentido más cerrad@, pero estás sintiendo cambios en tu interior y tu dinámica interna te invita a experimentar….
Algo fascinante sobre el Dr. Len
El Dr. Hew Len es conocido por su aplicación del Ho’oponopono en su trabajo, especialmente en su experiencia en el Hospital Estatal de Hawái, donde utilizó esta técnica para mejorar las condiciones de los pacientes en una sala de enfermos mentales criminales. Su historia y enseñanza han contribuido significativamente a la popularidad del Ho’oponopono en el mundo occidental.
Pero permitidme que os explique algo fascinante (al menos desde mi sentir):
Su trabajo en el Hospital de Hawai
El Doctor Len trabajó durante tres años en el hospital estatal de Hawai, en la sala de enfermos mentales. Las condiciones del trabajo eran peligrosas, el personal del hospital, renunciaba o llamaba por teléfono diciendo que estaban enfermos con frecuencia; trabajaban con miedo a ser atacados por los pacientes. No era un lugar agradable para trabajar o visitar.
El Dr. Len cuenta que él nunca vió a los pacientes profesionalmente, nunca se reunió con ellos. Vió sus expedientes y a medida que los leía, trabajaba sobre sí mismo y a medida que esto ocurría, los pacientes empezaban a sanar. Al cabo de un tiempo, a los pacientes que habían estado confinados, se les permitió caminar libremente, a otros que habían estado fuertemente medicados, se les redujo las dosis de los medicamentos y aquellos que se vieron sin esperanzas de ser libres alguna vez, estaban siendo dados de alta. No sólo eso, también el personal empezó a disfrutar de su trabajo y desapareció el absentismo y el rechazo.
El mundo como una proyección de nuestro interior
¿Qué hacía el Dr. Len consigo mismo, que provocaba que los pacientes cambiaran, sanaran? Él explica que lo que hacía era «limpiar la parte de sí mismo que compartía con ellos».
Según el Dr Len, todo lo que está en tu vida es tu responsabilidad, todo lo que está en tu vida es tu creación. Si asumes la completa responsabilidad de tu vida, entonces todo aquello que ves, oyes, pruebas, tocas o que vives de cualquier forma, es tu responsabilidad, porque está en tu vida.
Cualquier cosa que vivas y no te guste, es tuyo para sanarlo. No existe en el exterior, sino como una proyección de tu interior. El problema está en ti y para cambiar el problema tienes que cambiarte a tí mismo.
«Es difícil entenderlo y vivirlo porque la culpa es mucho más fácil que la responsabilidad total». Desde el punto de vista del Dr Len y del Ho’oponopono, sanar quiere decir amarse a sí mismo. Si quieres mejorar tu vida, tienes que sanarla; si quieres sanar a alguien, hasta un criminal mentalmente enfermo, lo haces sanándote a ti mismo.
«Limpio mi interior y sano mi mundo»
¿Cómo se sanaba a sí mismo el Dr. Leen? ¿Qué hacía exactamente cuando miraba los expedientes de esos enfermos mentales? Él explica que repetía una y otra vez de manera sentida, «lo siento y te amo» (lee sobre la dinámica del Ho’oponopono).
¡¡¡¡¡Eso es todo!!!! ¿No te parece fascinante la posibilidad?
Resulta que amarse a uno mismo es la forma más sublime de mejorar y a medida que uno mejora, mejora su mundo. El Dr Len, mientras trabajó en el hospital, explica que todo lo que se le presentaba, él lo presentaba a Dios y pedía que se liberara. Siempre confió y siempre funcionó.
«Todo sucede dentro de un@ mism@»
Él se preguntaba, ¿qué ocurre dentro de mí que ha causado este problema y cómo puedo subsanarlo en mi interior? Esta forma de sanar de dentro hacia afuera es lo que él llama Autoidentidad Ho’oponopono. Todo sucede dentro de un@ mism@.
Mi propuesta
¿Cómo recibes toda esta información? ¿Tu mente ha corrido a juzgarla o a rechazarla, o te has mantenido curios@ y receptiv@ hasta el final, aceptando la posibilidad?
Te propongo que te observes cuando se te presente «algo nuevo» distinto a lo que crees saber o conocer. Y luego….Tú eliges tu mundo.
Si estás dispuesto a experimentar nuevas y desconocidas posibiidades, te propongo participar en mis sesiones semanales de autocuración on-line. Si lo prefieres puedes elegir alguno de mis cursos o talleres, o concertar una sesión individual conmigo.
Atrévete a ser feliz